Determinación: La pelea del «Gallo Negro»
julio 6, 2019
El pasado 22 de febrero se llevó a cabo en Fresno, California, una pelea de épicas proporciones que será recordada para siempre, un choque entre el mexicano Pablo «El Gallo Negro» Sabori (9-4) y el norteamericano Anthony «The Shark» Avila (18-5).
La férrea batalla terminó viendo a Ávila como el ganador de la disputa por decisión mayoritaria, sin embargo, la historia de este combate va más allá: Pablo Sabori sufrió una fractura de mandíbula en el primer asalto, misma con la que lidió durante toda la pelea para llegar a la decisión.
Sabori, de 27 años, vivió una de las experiencias más duras de su vida a raíz de esta fuerte lesión, todo por haber sacado la casta para mantenerse compitiendo hasta el final, ante un gran peleador como lo es Anthony Ávila.
LA PELEA
Sabori cuenta cómo sufrió la fractura en los primeros momentos de la pelea, y cómo fue ese proceso de comunicación con su esquina para manejar la situación, y asimilación para superar el fuerte dolor que estaba sintiendo.
«Mi mandíbula se rompe en el primer round, exactamente antes de los 10 segundos, se fractura la mandíbula y yo sentí un flechazo, así de dolor y de varias emociones, dolor, desenfocó mi vista, tardé unos cuantos segundos en volver a conectar a lo que estaba haciendo, que era la pelea, y bueno terminó el primer round en el clinch y tratando de atacar a Ávila. Cuando se acaba el round él me dijo, ‘ya se acabó, ya se acabó’, yo estaba completamente ido».
«Regresé a la esquina, me senté y lo primero que le dije a Marcelo Rojo fue que me cacheteara, porque sentía la cara rara. Marcelo me quitó el protector bucal y miró sangre y él pensó que me habían tumbado un diente o algo por el estilo, y me dijo que no, que todo estaba bien y que no me iba a cachetear. Ahí le digo a mi otra esquina, hey cachetéame necesito levantarme, sentía mi cara rara y sabía que algo estaba pasando, no sabía la magnitud de la situación, pero sabía que tenía que conectarme para salir a pelear, porque por ese knockdown estaba perdiendo”.
Ya era el momento de competir en el segundo asalto, ahí fue donde Sabori se dio cuenta de la situación, su mandíbula estaba rota, sin embargo, nunca pasó por su mente abandonar la pelea.
«Me paro del banquillo para empezar el segundo round y cuando quise apretar el bucal, fue cuando sentí mi mandíbula y me di cuenta de lo que estaba pasando, se sube el médico y le digo que estoy bien, por mi cabeza en ningún momento pasó abandonar la pelea. Hay unos ganchos que me pegó en el segundo round, me tocaron, pero yo duré casi la mitad del segundo round asimilando y controlando el dolor que estaba sintiendo, para conectarme en la pelea. Luego de recibir el primer golpe le dije, ‘ven, ven, ven’, ahí fue cuando mi cerebro asimiló todo, ya pasó y ahora hacia adelante».
Ahí es cuando cerré el segundo y tercer round con fuerza, tratando de ir hacia el frente y ya para el segundo round no podía cerrar la boca, peleé con la boca abierta por la fractura, entonces fue fácil que Ávila me fracturara de nuevo, fueron dos fracturas, no solo una».
«En el tercer round sabía que tenía que salir a matar o morir, sabía que algo estaba muy mal y estaba escupiendo sangre, tenía que cerrar fuerte el round, aunque no pude finalizarlo a pesar de estar cerca al final del tercer round. Terminé la pelea, estaba convencido de que había ganado, me subo a la jaula y quiero festejar, ahí me di cuenta aun más de la gravedad de la lesión, me empezó a doler con el bajón de adrenalina, el traslado hacia el hospital fue inmediato, el médico no tuvo que revisarme”.
LA RECUPERACIÓN
Ya la pelea contra Ávila había quedado atrás y era momento de afrontar un nuevo reto, la recuperación. Sabori mantuvo su boca cerrada por siete semanas, esto utilizando diferentes elementos como placas y alambres. La situación dio un giro brusco en la vida del mexicano durante ese tiempo, pasó de ser un atleta activo, a una persona que simplemente necesitaba reposo y recuperación.
“Esto cambió mi vida drásticamente, de ser una persona que estaba físicamente bien, de repente no podía ni moverme. Me colocaron unas placas, me operaron de inmediato, tuve la boca completamente cerrada por siete semanas, mi alimentación era a base de líquido, ni siquiera crema o nada que no pasara entre los dientes, era líquido completamente. Si quería comer pollo, tenía que licuar el pollo y colarlo para que solo fuera líquido. Fue muy difícil, creo que fue una de las experiencias más duras que he tenido en mi vida y bueno la gente de pronto me decía, ‘oye tienes la boca cerrada pero puedes golpear’, era difícil porque el hueso tenía que soldar, yo no me podía agitar porque eso me podía provocar vómitos, tenía que traer unas tijeras conmigo todo el tiempo en caso de que tuviera algún ataque, tenía que cortar los alambres que me cerraban la boca».
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«Aproximadamente siete semanas con la boca cerrada, sin contacto y sin nada, estuve alrededor unas diez a once semanas hasta que pude volver a regresar poco a poco del gimnasio, aunque siempre estuve ahí, viendo los entrenamientos, ayudando a mis compañeros. Mi primer entrenamiento fue manoplear a Marcelo para su pelea contra Castaneda, y las primeras ocasiones fueron difíciles porque me agitaba y sentía que me mareaba y cosas como esas, entonces fue un cambio drástico en mi vida, porque yo vivo en Tijuana, lugar donde está mi gimnasio y estoy acostumbrado a pasar la mayor parte del día entrenando, estuve muchas semanas sin hacer nada para no afectar la recuperación.
Estoy muy agradecido con los doctores que me apoyaron aquí en Tijuana con la rehabilitación, ha sido pieza clave para la recuperación, para poder estar hablando en esta entrevista, estoy yendo casi todos los días a la terapia. Las terapias que me hacían son ultra-sonidos, rayos-x y poco a poco dándole movilidad para que la mandíbula recuperara su movimiento natural, aun tengo las placas, lo más difícil fue volver a masticar, los dolores que significa haber estado inmóvil por mucho tiempo.
La gente me preguntaba qué era lo primero que iba a comer cuando pudiera abrir la boca, yo tenía muchos planes pero fue poco a poco la recuperación. Básicamente yo quería comer cualquier tipo de comida, simplemente quería masticar y disfrutar la textura, el hecho de poder triturar las cosas. Hubo momentos donde ya ni siquiera quería comer, estaba enfadado con los líquidos, perdí mucho peso y bueno fue un poco difícil, creo que lo que más se me antojaba o disfruté fue comer un corte de carne, desde antes de la pelea tenía ese antojo de carne roja. Tardé un poco en cumplir mis antojos”.
COMPAÑERISMO
La situación de estar lesionado no impidió que Sabori se acercara a su gimnasio, de hecho, el guerrero azteca siempre estaba presente en su gimnasio, Entram Gym de Tijuana, para asistir a sus compañeros y buscar la manera de aportar a la causa.
El afán de Sabori por apoyar a sus compañeros fue tal, que fungió como esquina de Eduardo “El Pube” Alvarado en Tucson, Arizona. El hecho de no poder hablar, no detuvo su labor de comunicar sus instrucciones, por lo que tuvo que improvisar y buscar soluciones al problema.
“Poco a poco fui integrándome en los entrenamientos, tuve la oportunidad de ir con Eduardo “Pube” Alvarado a su pelea en Tucson y me tocó hacer esquina sin poder abrir la boca. Hay una buena conexión con mis compañeros y eso fue pieza clave, yo trataba de dar las instrucciones que podía, o le decía a mi compañero que gritara por mí, señales, gestos, trataba de ayudar a ‘Pube’ y bueno gracias al trabajo duro, pudo salir victorioso y yo contento por hacer lo que más me gusta, estar en las MMA, quizás no peleando pero sí apoyando a mis compañeros.
Sabori coaching with a broken jaw pic.twitter.com/QsBQZWpT3F
— Campbell McLaren (@campbellcombate) March 30, 2019
Quiero hacer mención a algo muy importante, hubo mucha gente en las redes sociales que hizo comentarios negativos hacia mi esquina y quiero dejar bien en claro eso, yo creo que si mi esquina hubiera sabido que yo tenía una fractura de mandíbula, sé que lo hubieran hecho, hubieran parado la pelea inmediatamente, no lo hubieran pensado. La gente me pregunta por qué seguí peleando, y fue algo que simplemente no pensé, solo tenía que salir a pelear, me preparé demasiado y no iba a abandonar esa pelea tan importante. Quiero dejar bien en claro que mi esquina en cada momento ha sido la mejor, yo confío completamente en ellos. En todo momento traté de esconder la lesión a mi esquina, yo llegaba y ni siquiera hablaba, estaba concentrado en seguir peleando y al fin del día ganar la pelea, eso estaba en mi cabeza y lo demostré al final”.
EL GALLO NEGRO VOLVERÁ A LA JAULA
Esta situación hará de Pablo Sabori un peleador más fuerte e inteligente, además, el mexicano ya vivió en carne propia una gran batalla con una condición desfavorable, esto quiere decir que pudo presenciar que nada puede detenerlo, solo él mismo.
Con miras a su regreso al deporte, Sabori confía en que a finales del presente año o enero del 2020, “El Gallo Negro” estará peleando y nuevamente deleitando a los fanáticos de este deporte.
“Una cosa que me llevo de todo esto es que para la próxima pelea, es que si quieren ganarme, literalmente van a tener que matarme porque de la jaula no me voy a bajar sin esa victoria, he tenido muchos tragos amargos dejándole la decisión a los jueces y hay que salir a finalizar, el nivel cada vez es más alto pero vamos por todo, hay que sacar al gallo negro muerto de esa jaula si quieren ganarle, venimos fuertes y haciendo las cosas como se deben de hacer para volver a hacer lo que más me gusta hacer, que es pelear y dar un buen show para la gente.
No me arrepiento de haber seguido adelante con la pelea después de la lesión, lo dije y lo vuelvo a decir, como todos buenos mexicanos, ¿cuándo se ha visto que se echen para atrás?, quizás eso influyó en mi cabeza con respecto a la decisión que tomé en segundos de seguir adelante con la pelea, fue difícil, duré días sin ver a mi familia, estuve días internado en Fresno, ellos estaban preocupados pero aquí estamos, listos, poco a poco haciendo las cosas para estar de nuevo en el ruedo.
He estado hablando con mi equipo y doctores, todo parece indicar que si todo sigue bien, a finales de diciembre o principios del próximo año, vamos a estar de vuelta en la jaula como si nada hubiera pasado, he sido muy inteligente en esta recuperación y estamos tratando de hacerlo lo mejor que se pueda, he tenido algunos problemas con mi físico y lesiones pero estamos trabajando en ello”.