Por Wendy Arellano

Sucedió en el tercer y último asalto. Claire Lopez necesitaba someter a su rival. La ventaja era de la japonesa Rena Kubota. Lopez mantenía la mirada clavada en su oponente, preparaba la ofensiva final. Ambas buscaban cerrar la contienda, salir de la jaula con el brazo en alto. Rena podía permitirse aguardar por el error de la francesa; Claire no podía fallar, era indispensable hallar el modo de someter a Kubota y estropear de paso el ánimo de las 13 500 personas reunidas en el gimnasio Yoyogi.

Los comentaristas ya daban por hecho el triunfo de la local en las tarjetas de los jueces.
Cuando quedaban escasos segundos en el reloj, Lopez consiguió llevar la lucha a ras de lona. De un modo poco ortodoxo, atrapó la pierna de Kubota y aplicó una llave. El dolor en la rodilla fue insoportable. Rena se rindió. El público japonés, que atestigua las peleas en silencio, con el mayor de los respetos, y reserva su aplauso para los momentos cumbre (como si dentro de la jaula se jugara una partida de ajedrez), se encendió; la disciplina quedó rota, fue desbordada por la urgencia de aclamar la gran técnica de Claire.
Para un artista marcial, pelear en Japón representa materializar un sueño. No sólo se miden fuerzas y recursos con el oponente sino con una cultura milenaria donde las artes marciales forman parte de la idiosincracia de su población y son tan populares como el fútbol en Brasil o en México.

La victoria de Lopez, además de granjearle el reconocimiento de aficionados de nivel, dio un fruto inmediato. Claire se convirtió en la retadora al título de peso superatómo de RIZIN. Destronar a Seika Izawa, el próximo 29 de julio, es su objetivo.

Originario de la Guayana Francesa, una pequeña región de Francia en América del Sur, López desafiará a Izawa, que reside en Tokio, que tiene el área metropolitana más poblada del mundo, unas 100 veces la cantidad de personas del lugar de nacimiento de López.

Claire confía en que sus puños pueden noquear a cualquiera. Su pelea contra Kubota es prueba de que también sus recursos técnicos en momentos clave son de temer. La peleadora francesa está decidida a conquistar una de las cunas de las artes marciales.

“Pelear y ganar en el gimnasio Yoyogi y demostrar mi calidad ante el público japonés ya era un sueño hecho realidad. Pelear en el mitico Saitama, donde han luchado leyendas, frente a 45 000 personas, es sencillamente increíble, es otro nivel”, dijo Lopez.